Poco a poco se está acercando la primavera y eso se nota. Los días se van haciendo más largos, las horas de sol crecen y la vida vuelve a brotar, llenando de colores y aromas florales nuestro entorno. Sin duda, son aspectos que nos invitan a cambiar nuestras rutinas, a pasear más y a disfrutar del buen tiempo.
Sin embargo, este cambio de estación trae consigo aspectos menos halagüeños a para gran parte de la población, como, alergias, una mayor sensación de cansancio, somnolencia, alteraciones del sueño constantes y una falta considerable de concentración, energía y de descanso en general.
Es lo que se conoce como astenia primaveral y es la principal responsable de nuestro bajo estado físico y anímico en esta época. Pero ¿por qué se produce y cómo podemos prevenirla? ¡En Descansín te lo explicamos!
¿Qué es la astenia primaveral y por qué me afecta?
La llegada de la primavera está estrechamente vinculada a la subida de temperaturas y de la presión atmosférica. También a los cambios de hora y, en consecuencia, a la alteración de nuestras rutinas diarias. Estos factores ambientales modifican irremediablemente nuestro horario de comidas y de descanso.
Estamos ante un cúmulo de circunstancias que alteran los ritmos circadianos de nuestro organismo debido a los cambios en la secreción de determinadas hormonas, como las endorfinas, el cortisol o la melatonina, encargadas de adaptar nuestros ritmos biológicos y el consumo diario de energía a las condiciones ambientales que imperan en cada estación.
¿Cuáles son los síntomas principales de la astenia primaveral?
Los signos más evidentes de la astenia primaveral tienen que ver con el cansancio generalizado y la falta de energía, aunque puede afectar a nuestro organismo de otras muchas maneras:
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Ansiedad, cambios de humor e irritabilidad frecuente.
- Pérdida del apetito.
- Apatía.
- Dolores de cabeza.
- Falta de concentración y de motivación en general.
- Reducción del deseo sexual.
La parte positiva de este efecto primaveral es que acaba desapareciendo por sí solo al cabo de unas pocas semanas. Esto ocurre cuando el cuerpo ya se ha adaptado por completo a los nuevos ritmos biológicos relacionados con el cambio de estación.
Rutinas y descanso confortable: claves para reducir sus efectos
Aunque la astenia primaveral sea un estado transitorio y no exista un tratamiento explícito para el mismo, sí es posible reducir sus efectos y mejorar nuestra energía física y anímica. Para ello, hay que seguir una serie de pautas y rutinas concretas, las cuales nos ayudarán a adaptarnos al cambio de estación y a sentirnos mucho mejor. ¡Toma nota!
- Cambia paulatinamente tus rutinas diarias antes de la primavera. Adelanta tus horarios de comida y de descanso nocturno en la medida de lo posible. De esta manera, regularás tu ritmo circadiano poco a poco, anticipándote al cambio de estación y haciéndolo de una forma más suave.
- Haz deporte o actividades físicas moderadas. Realizar ejercicio diario ayuda a liberar estrés y a conciliar mejor el sueño cuando nos vamos a dormir.
- Come más frutas, verduras, legumbres y cereales. Con la llegada del buen tiempo y la subida de temperaturas se reduce el apetito y el consumo de alimentos hipercalóricos. Esto significa que, de forma natural, nuestro organismo pide la ingesta de alimentos más ligeros y en menor cantidad para facilitar las digestiones. Si a esta dieta sana y equilibrada le añades el consumo de frutos secos a media mañana o en ensaladas, aumentarás tu nivel de energía. Evita dulces, bollería industrial o comida precocinada.
- Bebe mucha agua y reduce el consumo de cafeína. Con la llegada del calor es necesario hidratarse mucho más, pues consumimos más energía. Así que no olvides beber 2 litros de agua diarios, infusiones o zumos naturales. Te ayudará a mejorar tu concentración. Reduce también el consumo de alcohol o bebidas estimulantes si quieres dormir mejor.
- Convierte tu dormitorio en un espacio confortable. A la hora de irte a dormir es importante que tu dormitorio se convierta exclusivamente en tu lugar de descanso. Olvídate del trabajo, reduce al mínimo la iluminación, baja la persiana y deja fuera los dispositivos electrónicos para que la luz que desprenden no altere tu sueño.
- Elige un colchón de calidad para conseguir un descanso reparador. El colchón es un elemento clave para garantizar un descanso de calidad, sobre todo en primavera, estación en las que las alergias se disparan. Por eso es tan importante elegir un colchón que cuente con un tejido 100% transpirable y anti ácaros, como el de Descansín. Es perfecto para quienes sufren con frecuencia problemas respiratorios, así como para mitigar los efectos de la astenia primaveral.
La astenia primaveral no tiene porqué ser un problema para ti. ¡Tan solo tienes que anticiparte a su llegada!
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